jueves, 6 de noviembre de 2014

Sandro Barrella -Viaje

Sandro Barrella, Buenos Aires, 18 de mayo 1967


Viaje

El reino acaba mal, dice el chofer
de la combi que los lleva más allá
del desierto. Sin aire acondicionado,
con más de 45º en el interior del vehículo,
la frase parece un trance de profeta
mal afeitado, una traducción equívoca
de viejos rollos encontrados en Qumran;
entre tanto una pareja de alemanes arrepentidos
mira un mapa desplegado en el que saben,
no va a aparecer Alexanderplatz,
pero Alemania pide certezas a sus hijos,
aun a aquellos que visitan destinos
exóticos; dos asientos hacia atrás
pero del lado izquierdo, una mujer
de no más de treinta años insiste
con abrir la ventanilla y da paso
a una ráfaga de polvo bíblico,
ubicuo, trascendente en su inmanencia
que perturba los ojos secos del pasaje;
su acompañante ocasional protesta en inglés
y la mujer accede a cerrar la entrada de Dios;
no hay niños en el viaje; el chofer se apresta a hablar
después de un buen rato de silencio
en el que sólo se escuchó el ruido del motor
y el plegado del mapa alemán. El reino acaba mal,
volvió a decir el hombre al volante, las manos
firmes, la mirada al frente, sin poder ocultar
una vieja convicción arraigada en su voz,
venida del tiempo en que su padre,
un albañil mal pago a jornada completa,
le acariciaba la cabeza por las noches
antes de que el sueño lo venciera.
 





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